El liderazgo de las élites es vital para cambiar el sistema
Guatemala, 25 de junio de 2021
Ana vive en Santa Eulalia, un pequeño y olvidado municipio en el norte de Huehuetenango. Ella me cuenta que tuvo que cerrar su negocio de ropa debido a la falta de ventas, las restricciones y deudas contraídas el año pasado. ¡Como ella, hay miles de familias en Guatemala!
“A Dios rogando y con el mazo dando, pero sabiamente”, le dije por teléfono.
Dar con el mazo sabiamente significa ocupar tiempo y recursos en construir un partido político cuya filosofía y programa proponga cambiar el sistema, derogando las leyes que impiden que nuestros negocios crezcan. Un partido que represente los intereses morales de Ana, es decir, que sea conservador en lo moral para que así ella preserve su vida, matrimonio y familia, y al mismo tiempo represente sus intereses económicos, es decir, que genere libertad de empresa para que ella pueda vender y ganar más. Ese es un partido fusionista, de derecha liberal y conservador.
El dilema, claro está, es que ella debe resolver sus problemas inmediatos, los de hoy y mañana. ¿Cómo logramos cambiar el sistema si la gente que realmente lo necesita no tiene los recursos, el tiempo y las energías para hacerlo?
Las élites. He ahí la clave. Son los cristianos de toda denominación, los empresarios de todo tamaño, los militares y los académicos los llamados a liderar el cambio. Para hacerlo en la dirección correcta es necesario que reconozcan que cambiar el sistema implica reformas auténticamente liberales, radicales, completas y congruentes, y eso requiere valentía y recursos en cantidades suficientes.
Yo creo que ayudar a gente como Ana merece el esfuerzo. Son millones los guatemaltecos que se encuentra en esa terrible situación y muy pronto las clases medias sufriremos igual si no asumimos el reto. Sigueme en mi cuenta de X.
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