Sindicatos

Abrámonos al diálogo y a la única solución

En mi artículo anterior escribí sobre el día de los trabajadores. Hoy busco aclarar algunas ideas equivocadas y hacer una propuesta sobre el espinoso tema de los sindicatos. 

Desde la doctrina política del liberalismo clásico, los sindicatos son entidades legítimas, en tanto respeten el derecho de libertad de asociación de sus miembros y cumplan las funciones que le son propias, es decir, las que deben y pueden cumplir en un buen orden social. 

Esas funciones son tres: 1) capacitación de sus miembros, 2) intermediación de oportunidades de trabajo y, 3) administración de fondos de pensión, mismas que deben cumplir en franca competencia con sus equivalentes en el sector privado: instituciones educativas, empresas de reclutamiento de personal y administradores privados de fondos de pensión. 

En Guatemala, el Código de Trabajo y los muchos convenios internacionales en materia sindical les asignan funciones que no les corresponden, otorgándoles privilegios y desnaturalizándolos; abonando a la filosofía de la envidia y el resentimiento hacia los empresarios y el capitalismo. 

Solucionar este problema requiere apertura al diálogo por parte de élites sindicales y empresariales. Luego es indispensable que estas desaprendan socialismo y distingan claramente el mercantilismo y el neoliberalismo del capitalismo liberal, el que procura beneficios para todos. 

Superados estos pasos es necesario establecer alianzas a favor del proyecto político que ofrezca hacer la transición hacia un sistema basado en los principios de gobierno limitado, mercados libres y propiedad privada, mediante la aplicación de reformas liberales y la derogación de las leyes malas, códigos y convenios internacionales que interfieren en la relación libre, pacífica y voluntaria entre trabajadores y empleadores.

Mayo 08, 2020

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Credito a la imagen: La Hora