Prestamistas, usura y violencia
- Jorge Chapas
- 24 abr
- 2 Min. de lectura
Solo bajo el capitalismo los préstamos serán accesibles, los intereses justos y el cobro de deudas pacífico.
En varios departamentos opera una red de prestamistas que ha causado amenazas, coacción y violencia contra sus deudores. Hay prestamistas nacionales y extranjeros, no todos actúan de mala fe y operan desde siempre.
El problema de fondo son las leyes malas; aquellas leyes de bancos, laborales, de impuestos y todas las que impiden el ahorro. Estas leyes empobrecen a la gente y la obligan a endeudarse. Los prestamistas son la respuesta natural a una demanda que no encuentra acogida en el sistema bancario legal, y las altas tasas de interés que cobran, el precio por la facilidad, prontitud y cantidad de dinero disponible.
¡Usureros! Grita la gente instintivamente, y aunque ciertamente muchos lo son, debemos atender a las enseñanzas de los teólogos y economistas de la Escuela de Salamanca, quienes defendieron la legitimidad del interés bajo tres argumentos:
Que ese pago podía ser considerado como una prima de riesgo ante la posibilidad de perder el dinero prestado;
Que era una forma justa de compensar el coste de oportunidad que significaba prestar el dinero y;
Que el dinero no era más que una mercancía como otra cualquiera y que, en consecuencia, se podía establecer un precio por él.
La solución al problema no es la iniciativa de ley 5743 o “ley contra la usura”, ni mucho menos la justicia a chicotazos que aplicaron a dos prestamistas en Sololá.
La solución de fondo es transitar al capitalismo, mediante la derogación de las leyes malas y la aplicación de 5 Reformas Liberales, orientadas a privatizar y abrir los mercados a la competencia, incluído la banca. Solo bajo el capitalismo podremos vivir solventes y con menor necesidad de pedir prestado; con acceso a crédito a bajas tasas de interés y con justicia de verdad para dirimir pacíficamente los impagos.
Julio 29, 2022
----
Crédito de portada de miniatura: Nuevo Mundo
Comments