La batalla no es cultural

¡Sino política!

Esta semana se reúnen en Guatemala los máximos exponentes de lo que ellos mismos han llamado “la batalla cultural”. 

Son conservadores; dicen defender la vida, la familia y la libertad. Tienen muchos seguidores, visualizaciones por millar en sus canales de YouTube, venden miles de libros y viajan por todo el continente combatiendo, según ellos, la ideología de género, el aborto y el matrimonio homosexual. 

Pero no logran mucho: en Argentina, país natal de la mayoría de ellos, vienen “batallando” hace muchos años e igual, en 2021, luego de un sinfín de conferencias, marchas, videos y libros, les calaron la Ley de acceso a la interrupción voluntaria del embarazo. 

Es una pena que mucha gente caiga en la trampa y error de estas organizaciones y YouTubers conservadores: la batalla no es cultural sino política, primero y fundamental, porque fue desde esa trinchera, en congresos y parlamentos, con leyes constitucionales, ordinarias e internacionales, que en el siglo XX las izquierdas socavaron la propiedad privada e instituciones económicas, debilitando la vida, el matrimonio y la familia; los valores, tradiciones y buenas costumbres. 

Ahora en el siglo XXI apuestan por dinamitar los otros pilares del capitalismo: la religión cristiana, la cultura y la familia.  

Lectura recomendada: Marxismo cultural: la política del resentimiento

¡Debemos ser pro-vida y pro-familia completos! Porque las leyes de impuestos injustos, pro competencia, monetarias, laborales y las leyes educativas, entre muchas otras, también socavan la vida, el matrimonio, la familia y la libertad. Debemos apostar por dar la batalla política, con partidos políticos de signo fusionista, es decir, liberales en lo económico y conservadores en lo moral, político y cultural. ¿Te anotas?

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Agosto 06, 2025