En defensa de nuestros hijos

Libertad educativa a padres y maestros 

Cuando mi hijo mayor cursaba la preparatoria, con mi esposa nos dimos a la tarea de buscar un colegio donde pudiera cursar la primaria. Fue entonces cuando advertimos con claridad que la educación en Guatemala, sea pública o privada, ambas controladas por el Estado, no es educación, es adoctrinamiento y embrutecimiento. 

Hermanos Chapas Wittig haciendo homeschool o educación en casa.

Suena duro pero es la realidad. Los jóvenes alcanzan el nivel universitario sin el hábito de la lectura, leen mal y no comprenden lo que escasamente leen. Los chicos no aprenden el arte del razonamiento lógico ni tampoco el de la expresión verbal y escrita (retórica). Ello enseñaba la educación clásica que se impartía hasta antes de que el Estado se apoderara de esta función propia de los padres de familia y maestros. 

Ahora enfrentamos un desafío mayor: nuestros hijos son atacados con ideas del marxismo completo: clásico o económico (anticapitalismo) y cultural (ideología de género, ecologismo irracional, relativismo, etc.). Así los embrutecen y los ponen en contra de la vida, del matrimonio, de la familia y de los valores cristianos que llevan al progreso económico, al orden, la justicia, la libertad y la paz.

Salgamos en defensa de nuestros hijos y esforcémonos por quitarle al Estado ese poder de interferir en su educación. ¿Cómo hacerlo? Privatizando, o sea, devolviendo a los padres y maestros la libertad educativa mediante la derogación de las leyes de educación y sus candados constitucionales, reglamentos, ministerios y convenios internacionales en la materia. 

Con vouchers o cupones educativos para los más pobres, gobiernos limitados, mercados libres y propiedad privada, alcanzaremos la calidad educativa que anhelamos. Mientras tanto recomiendo “educar en casa”, sistema por el cual nos decidimos finalmente con mi esposa. Sígueme en redes sociales para ampliar el tema.

Septiembre 04, 2020

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Crédito de la imágen de portada: Educate Tecumseh