El Papado
- Jorge Chapas
- hace 2 días
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Mis oraciones por los católicos ingenuos
Una vasta porción de católicos en el mundo se han alegrado con la elección del P. Robert Prevost como nuevo Papa. Permítaseme discrepar.
Soy católico romano del ala tradicional. Como político conservador he debido estudiar los nexos entre religión y política, así como las diversas instituciones y posiciones de la Iglesia que, no solo riñen con el mensaje cristiano más elemental sino también con la Doctrina de la Realeza Social de Cristo.
El papado es una de esas instituciones. Su gradual desarrollo histórico, las bases teológicas de su existencia (Mateo 16, 18-19), la noción de “sucesión apostólica” y su influencia política son asuntos que deberían hacernos pensar.
El énfasis inicial era preservar la integridad de la doctrina apostólica, frente a visiones más heterodoxas (discrepantes o disidentes). Hubo una pentarquía, o cinco papados, en las ciudades más importantes del cristianismo: Jerusalén, Constantinopla, Antioquía, Alejandría y Roma. No había una primacía jurisdiccional de una sede sobre otras.
En 1870, cuando se afirma el dogma de la “infalibilidad papal” en el marco del Concilio Vaticano I, la institución se torna más relevante. En los últimos años, especialmente desde el Concilio Vaticano II (1962-1965) casi todos los Papas han adoptado posturas progresistas en materia doctrinal, política, económica y cultural, rompiendo con la tradición y especialmente con las Sagradas Escrituras, fuente primaria de la Verdad revelada.
Por sus antecedentes, primeras palabras y nombre adoptado, el Papa León XIV seguirá los pasos de Francisco y su “progresismo católico”, llevando a los católicos ingenuos a posiciones anticristianas. ¡Es una pena! De ahí mi invitación a la oración imprecatoria, pero también al estudio y al discernimiento guiado por el Espíritu Santo.
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Mayo 14, 2025
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