Escríbeme para enviarte el Catálogo de Leyes Malas a derogar.
Según la página web del Congreso esta IX legislatura (2020-2024) nos deja un “legado” de 122 nuevos decretos. Ninguno de ellos favorece la creación de empleos, el incremento de los salarios reales de la gente, mejores puentes y más carreteras, puertos y aeropuertos de primer nivel, ni tampoco menos burocracia y permisos para que trabajadores y empresarios ganen más y vivan mejor.
La propuesta Fusionista consiste en derogar las miles de leyes malas. Crédito de la imágen: Prensa Libre.
Salvo algunos decretos en materia de seguridad y justicia que podrían ser útiles, la casi totalidad de esos decretos, dificultan el comercio, la producción y el mejoramiento económico de los guatemaltecos. Véa usted: ¿de qué sirve aprobar una enmienda del Protocolo de Montreal, relativo a sustancias que agotan la capa de ozono? ¿Qué de bueno tuvo la ley de apoyo social temporal a los consumidores de gas propano? ¿De qué sirve aprobar la ley del día del policía municipal de tránsito, la ley de exención de pago de impuestos a la Alianza Evangélica, la ley de incentivos para la movilidad eléctrica o la ley de interés preferencial para facilitar el acceso a la vivienda social?
Sirven para justificar el pago de miles de empleados públicos innecesarios, en ministerios, secretarías y fondos estatales inútiles; sirven para dar ventajas económicas a unos a costa de otros y para crear clientelismo político, más burocracia y fuentes de corrupción. Sirven para alentar miedos y culpas infundadas científicamente sobre el cambio climático. Todos esos decretos nuevos son un lastre (estorbo), un lastre que implica costos, cuyo valor golpea más a los más pobres. ¡De ahí la informalidad, la migración, la corrupción, la pobreza y la violencia rampantes!
“Es más importante matar las malas leyes que aprobar las buenas” afirmó Calvin Coolidge, presidente de los Estados Unidos entre 1923 y 1929. Yo suscribo. ¿Y tú?
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Guatemala, 29 de noviembre de 2023.