Y que Dios le colme de fe, alegría y esperanza cristianas.
En la víspera de Navidad, en este día tan especial, tal vez el más especial del año, y en medio de la preparación de los tamales, el ponche y los cuetes para las doce, quiero desearle “Feliz Navidad” estimado lector.
Que el niño Jesús renazca en su corazón, mente y cuerpo. Y que este acontecimiento que ha cambiado el rumbo de la historia, se materialice en buenos principios, normas y valores. Recordando que “principio” es una premisa o condición; “norma” es una regla de conducta; y “valor” es un bien al que se aspira. Así, por ejemplo, para los que somos cristianos: la vida es un don de Dios (premisa), por tanto debo defender la vida desde la concepción hasta la muerte natural (norma de conducta), a fin de contribuir a una sociedad conforme a los mandamientos y planes de Dios (valor).
Fotografía: Wikipedia - "Adoración de los pastores" obra de Gerard van Honthorst.
Como político liberal en lo económico y conservador en lo moral, o sea, como fusionista, no puedo dejar de desear que el nacimiento de Jesús nos haga comprender la necesidad de abrazar sus principios, normas y valores en materia de gobierno y economía. Que nos de lucidez para comprender que una sociedad virtuosa solo es posible bajo un orden social basado en los principios de gobierno limitado, mercados libres y propiedad privada.
Que sean momentos de compartir en familia, de reír, de dar y recibir, y de perdonar; de vivir las buenas costumbres, de disfrutar el fruto del trabajo honrado, de admirar La Creación y de compartir con aquellos que pasan algún problema de salud, económico, espiritual o emocional.
Y que así como la Virgen María y San José, tengamos el coraje de encarar los desafíos que nos presenta la vida, sabiendo que Dios en su infinita misericordia y amor siempre nos acompaña, y nos da la sabiduría, entre otros dones, para tomar buenas decisiones. ¡Feliz Navidad!
Guatemala, 24 de diciembre de 2022.