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  • Foto del escritorJorge Chapas

REALISMO CLIMÁTICO


Soluciones verdaderas a los problemas ambientales reales.



Puebla, México, 18 de marzo de 2023 | 8º Foro Liberal de América Latina.



Buenos días, buenas tardes, buenas noches. Es un gusto compartir con ustedes hoy aquí en Puebla, México, en el 8º Foro Liberal de América Latina. Es mi primera vez en este estado mejicano, pero no la primera vez en México. Conozco las bellas playas de Puerto Escondido en Oaxaca y la bella ciudad de San Cristóbal Las Casas en Chiapas. ¡Gracias por su recibimiento, hospitalidad y amistad!



Familia Chapas Wittig en Puerto Escondido, Oaxaca, 2018.



El día de hoy se me ha pedido compartir sobre el tema “Realismo climático”, un asunto que he tenido la suerte de conocer a profundidad gracias a mis esfuerzos auto-didactas y participación en foros y “think-tanks” internacionales que abordan el tema desde una perspectiva disruptiva, diferente a la que solemos escuchar en medios de comunicación; a esa versión convencional que hemos dado por llamar “alarmismo climático”.


Mucho hay escrito sobre el tema. De hecho, quizás el primer consejo que puedo ofrecer es que visiten el sitio web de The Heartland Institute, el tanque de pensamiento más antiguo y prominente sobre realismo climático; en particular una de sus más recientes publicaciones: “Climate at a glance” (El clima en un vistazo). Ahí podrán encontrar 30 tópicos de fácil comprensión para “maestros y alumnos”, en inglés. Y por supuesto recomiendo visitar mi sitio web personal, especialmente inscribirse en mi curso sobre Ambientalismo de Propiedad Privada, en el cual aprendemos no solo sobre realismo climático sino también las soluciones verdaderas a los problemas ambientales reales, tales como la conflictividad minera, el manejo de basura, la contaminación de ríos y lagos, la deforestación, etc.


Dicho lo anterior, comenzaré diciendo que este es un tópico relativamente complejo desde su perspectiva científica, pero, afortunadamente, muy simple de comprender desde su perspectiva política y económica. Abordaré el tema desde ambas perspectivas, no sin surfear un poco por el ámbito de la filosofía, el derecho, la psicología y la historia. ¡Comencemos por ahí!



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Historia. Esta no es la primera de las supuestas “crisis globales” que enfrenta el género humano. Las predicciones eco-apocalípticas se conocen al menos desde la segunda mitad del s. XX. Tony Heller, geólogo e ingeniero eléctrico estadunidense, miembro de “CO2 Coalition”, ha recopilado las predicciones apocalípticas que los agoreros ambientales han lanzado desde 1960. ¡Durante 50 años todas han fallado! Puedes conocerlas aquí.


Especialmente en el tema del clima, el Dr. Willie Soon, astrofísico y geocientífico de origen Malasio, ha clasificado la historia en 6 grandes etapas:


  1. Etapa 1 (1870s - 1920s). La conclusión durante esta primera etapa de atención/investigación fue: el clima no es constante; las temperaturas globales se elevan y caen a lo largo de los años. Los científicos especularon que los cambios en la actividad solar era la más probable explicación. ¡Ocurrían “cambios climáticos”, en plural!

  2. Etapa 2 (1930s - 1940s). Algunos científicos notaron el incremento de las temperaturas. El científico británico Guy Callendar fue el primero en sugerir que el “calentamiento global” observado podría tener explicación en el incremento de las emisiones de CO2. Callendar, no obstante, pensaba que el calentamiento sería beneficioso, pues retrasaría un “regreso a los glaciares mortales”.

  3. Etapa 3 (1940s – 1970s). Joseph B. Kincer, jefe de la división del clima del Weather Bureau en Washington, notó que el calentamiento se había detenido y que se estaba revirtiendo. A partir de ellos muchos científicos advirtieron un “enfriamiento global”.

  4. Etapa 4 (1980s). En esta etapa volvió el “calentamiento”. Tres grupos investigaban el fenómeno: 1) CRU (Climatic Research Unit, Universidad de East Anglia), 2) NASA y, 3) científicos rusos que continuaron el trabajo de Mikhail Budyko (1920-2001). En 1988 la NASA presenta (Dr. James Hansen) sus hallazgos al Senado de los Estados Unidos y culpa del calentamiento al “efecto invernadero”.

  5. Etapa 5 (1990s – 2009s). Se alza la “guerra contra los escépticos del cambio climático antropogénico” y se promueven narrativas (e.g. el sesgo de urbanización no es un problema, los datos sin procesar no son confiables, por lo que hay que “homogenizar” y, no hay una pausa en el calentamiento global). Esta etapa termina en noviembre de 2009, cuando se revela el “escándalo del clima o Climategate”

  6. Etapa 6 (post-Escándalo del clima). Los promotores del alarmismo climático afirman que “la ciencia está resuelta con respecto el cambio climático”; no es necesario, ni útil, ni conveniente, cuestionar o seguir investigando. ¡Ya todo se ha dicho!


Dicho esto, ¿cuáles son los argumentos científicos a favor del realismo climático que importan?


1. El clima ha cambiado siempre, y lo ha hecho sin la ayuda de nosotros: los seres humanos. Durante los últimos cuatro mil quinientos años han existido al menos 78 cambios importantes en la temperatura media del planeta. Los registros no son del todo precisos y buena parte de ellos se basan en observaciones derivadas de relatos históricos, pero los climatólogos coinciden en que han existido al menos cuatro glaciaciones importantes y más o menos igual número de períodos de calentamiento global en los últimos cuatro mil años. (Long Range Weather, 2021).




No es cierto que la Antártida se derrite a un ritmo anormal, ni que el nivel de los océanos sube peligrosamente para las zonas costares, ni que los osos polares se extinguen de manera alarmante. De hecho, ocurre todo lo contrario: la Antártida incrementa su área en algunas zonas, lo cual ha contribuido a que los osos polares se hayan incrementado de 20 a 26 mil ejemplares en los últimos años, además las tecnologías para medir las poblaciones de osos son ahora mucho más precisas. Los fenómenos naturales extremos han venido a menos, pero como las tecnologías de la información [y manipulación] están ahora a la orden del día, es fácil enterarnos rápidamente de cuánto ocurre, aunque en el pasado hayan ocurrido en igual magnitud, frecuencia o intensidad.


Con respecto a la cobertura vegetal del planeta, es importante mencionar que la tierra experimenta actualmente un reverdecimiento, un fenómeno que no sólo ocurre en zonas tropicales ni en países desarrollados, quienes gracias a sus políticas de certeza jurídica sobre la propiedad y el desarrollo de sus industrias, han dejado de consumir leña como fuente energética y han logrado reducir significativamente los incendios forestales; tampoco obedece al aporte que hace China actualmente con sus agresivas políticas de reforestación en toda la zona norte del país. El reverdecimiento es un fenómeno que está ocurriendo en todo el globo, principalmente, debido a una mayor concentración de CO2 en la atmósfera, gas que, como se sabe, es el alimento de las plantas, las cuales durante la fotosíntesis es utilizado para convertir la energía lumínica del sol en energía química (biomasa).


2. En los últimos 40 años, no ha existido un calentamiento global significativo ni peligroso. Los científicos serios reconocen que el planeta experimenta un incremento de temperaturas promedio de 0,7 grados Centígrados, y refutan las proyecciones y modelos climáticos “homogenizados” del IPCC o Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU.


Fuente: John R. Christy, Ph.D., University of Alabama in Huntsville.


Estos modelos, utilizando datos altamente cuestionables, han distorsionado significativamente la realidad del clima. La última generación de “modelos climáticos”, CMIP6 (Fase 6 del proyecto de intercomparación de modelos acoplados), presentados en los informes del IPCC, pronostican un incremento de temperaturas promedio para los próximos años en un rango de 1.8 y 5.6 grados Centígrados, ¿cómo es posible un rango tan amplio? se preguntan expertos del Panel Internacional No Gubernamental de Cambio Climático o NIPCC, organización promovida por el think tank más prominente en el tema, The Heartland Institute.








Así mismo, en un artículo reciente el ecologista sueco Bjorn Lomborg hace referencia al hecho, reconocido por el mismo IPCC, que “la frecuencia e intensidad de los fríos extremos han disminuido. Esto es importante, porque en todo el mundo mueren muchas más personas por el frío que por el calor. Un nuevo estudio muestra que alrededor de medio millón de personas mueren de calor, pero 4,5 millones mueren de frío. El aumento de las temperaturas en las dos últimas décadas ha provocado 116 mil muertes más por calor cada año. Pero resulta que, como el calentamiento global también ha reducido las olas de frío, ahora se producen 283 mil muertes menos por frío. ¡Esto no se escucha, pero el cambio climático salva 167 mil vidas al año!”. (Lomborg, 2021)


3. El CO2 no determina la temperatura del planeta; de hecho, es al revés: la temperatura determina las concentraciones de gases de efecto invernadero y de dióxido de carbono en la atmósfera y lo hace con un “lag” (retraso) de 800 años ± 200 años. La “piedra angular” del alarmismo climático es precisamente la correlación existente entre el dióxido de carbono y la temperatura, pero como bien señala recientemente el ex-fundador de Greenpeace y ahora realista climático, Dr. Patrick Moore, “correlación no es causalidad”. Hay muchos factores que influyen en el sistema climático mundial, y al parecer de los científicos del NIPCC el factor más significativo es la actividad solar, sus rayos cósmicos lanzados permanentemente a la atmósfera terrestre (astrofísica solar). Pero también las nubes, los océanos (oceanografía), las formaciones geológicas (geología), las erupciones volcánicas (vulcanología), la vegetación y por supuesto también, pero en mucho menor medida, la actividad humana (agricultura, industria y transporte).



Fuente: Joanne Nova, Australia – El Manual del Escéptico



Del total de gases que se encuentran presentes en la atmósfera, sólo el 5 % son gases de efecto invernadero (GEI). El 95% está constituido por nitrógeno, oxígeno, argón y otros gases. De ese 5% de GEI, el 95% es vapor de agua, el 3,6 % es CO2 y el 1,4 % son otros gases. De aquel 3,6 %, los científicos estiman que el 96,6 % los produce y absorbe constantemente (ciclo del carbono) la naturaleza mediante la actividad oceánica, biológica, volcánica y la descomposición de plantas; el 3,4 % restante (alrededor 35 gigatoneladas/año) efectivamente los emite el ser humano, contra las 122-123 que intercambian los volcanes y la cobertura vegetal, y las 91-92 que intercambian constantemente los océanos. Cabe mencionar que cerca del 50 % del CO2 producido por los seres humanos es absorbido por las plantas mediante la fotosíntesis. Al nivel actual de 400 ppm (partes por millón) todavía vivimos en un mundo hambriento de CO2.




Fotografía: Google y elaboración propia.



4. El efecto de calentamiento de cada molécula de CO2 disminuye significativamente a medida que aumenta su concentración. Este es un tema un tanto más complejo, pero de suma importancia para comprender el efecto de agregar más dióxido de carbono a la atmósfera. En la más reciente Conferencia sobre Cambio Climático de The Heartland Institute (ICCC15), el Dr. William Happer, profesor emérito de Princeton University, explica que agregar el gas de efecto invernadero CO2 – de 400 a 800 partes por millón – disminuye el flujo (radiativo) hacia el espacio, muy rápidamente para las primeras partes por millón de CO2. Pero a medida que se agrega más CO2, entra en juego una ley de rendimientos decrecientes […] por lo que el efecto invernadero es muy insensible a los cambios en las concentraciones de CO2. En la jerga de la transferencia radiativa, se dice que el efecto invernadero está "saturado". En tal sentido, afirma el Dr. Happer, el C02 es un gas de efecto invernadero impotente.




5. La ciencia no es cuestión de consensos además. “En lo tocante a la ciencia, la opinión de un millar no es superior a la razón fundada, aunque esta la defienda un solo hombre” se lee en el prólogo escrito por Jose María Aznar en la obra “Planeta azul (no verde). ¿Qué está en peligro el clima o la libertad?” del ex presidente de República Checa, el Dr. Václav Klaus. Aquella cita del ex presidente Aznar refiere la experiencia de Galileo Galilei, quien hace más de 400 años se enfrentó al “consenso” de que la tierra era el centro del universo y como hemos podido constatar: la mayoría estaba equivocada.


El IPCC reúne a más o menos 2,500 científicos, de los cuales solo cerca de 600 son especialistas, el resto son activistas que trabajan para ONGs internacionales y locales, cuyo presupuesto gira entorno a la industria del cambio climático. Este emporio se mueve con fondos de empresas multinacionales que operan bajo el concepto de capitalismo “woke” (despierto) y suscriben la doctrina de la Responsabilidad Social Corporativa o Empresarial (RSE), así como de gobiernos occidentales que continúan arrebatando dinero de los contribuyentes mediante impuestos y comprometiendo el dinero de las futuras generaciones con deuda y emisión monetaria artificial. ¿No te parece que si en verdad les preocupasen las “futuras generaciones” evitarían endeudarlas?


Pero el castillo de naipes se derrumbaría – al menos temporalmente – en noviembre de 2009, cuando salieron al descubierto una serie de correos electrónicos en los cuales “científicos” de la CRU manipulaban información para dar forma a información y gráficos que demostraran el abrupto incremento de las temperaturas en las últimas décadas, de ahí el famoso gráfico “palo de hockey”. El escándalo del clima (Climategate), como fue llamado, supuso poner al descubierto el engaño que Al Gore, ex vicepresidente norteamericano (1993-2001), había construido en su película de propaganda climática, “Una verdad incómoda”, y que le haría acreedor del Premio Nobel de la Paz en 2007, mismo que compartiría, curiosamente, con el IPCC. ¡Vaya timo!




En 2013, el profesor David Legates y sus colegas publicaron un estudio en el cual determinaron que de 11,944 resúmenes revisados por pares solamente 41, es decir solo el 0,3 %, sostenían que el ser humano era la principal causa del calentamiento global. ¿Dónde está el consenso? En 2014 la American Meteorological Society condujo una encuesta en la que preguntó a científicos norteamericanos sobre su visión acerca del calentamiento global; sólo el 37 % sostuvo que sí existía el calentamiento global y que la causa principal era la actividad humana. ¿Ves algún consenso?






"Para mí, el consenso parece ser el proceso de abandonar todas las creencias, principios, valores y políticas. Entonces es algo en lo que nadie cree y a lo que nadie se opone". Margaret Thatcher



Muchos más argumentos científicos sólidos quedarían por referir. Hemos escogido aquí los 5 que consideramos más contundentes. Recomendamos por tanto visitar el sitio “C02 Coalition” y surfear por los 25 hechos que demuestran el fraude científico del calentamiento global antropogénico. Así mismo, siempre recomendamos ver el documental dirigido por el periodista británico Martin Durkin en 2007 bajo el título: el gran fraude del calentamiento global.





He tenido la oportunidad de conocer, leer y entrevistar a científicos indepenientes, periodistas y políticos de Panel Internacional No Gubernamental de Cambio Climático (NIPCC).




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Lo que no ha sido un fracaso es la agenda política derivada de aquel fraude científico. De hecho, ha sido todo un éxito, y es ahí donde nos vamos a adentrar ahora mismo.


Paradójicamente, fue un conservador, liberal clásico, quien fuera el pionero de la “lucha contra el cambio climático”. Fue el primer ministro de Inglaterra, Margaret Thatcher, quien en los 80’s alentara por primera vez el tema políticamente. Influida por el diplomático Sir Crispin Tickell y este a su vez por el científico James Lovelock, lanzó una serie de discursos y acciones muy convenientes para su empresa de frenar la fuerza de los sindicatos de la industria del carbón, quienes por aquellos años se oponían con huelgas a las políticas privatizadoras de Thatcher. En este artículo la historia completa.


Pero Thatcher se retractó. Como político serio y honesto, casi al final de su gestión reconoció que el tema se había salido de control. Y eso fue lo que sucedió. Su oportunismo político tuvo muchas repercusiones en la ONU, Estados Unidos y en otros países desarrollados. Las izquierdas del mundo occidental y las facciones progresistas vieron en el supuesto calentamiento global la excusa perfecta para derribar el ya escaso capitalismo, el cual según ellos era el culpable de la degradación de los ecosistemas y los fenómenos naturales extremos. Así, se propusieron reducir las emisiones de CO2 mediante convenciones, acuerdos, tratados y protocolos internacionales (e.g. Convención Marco de Cambio Climático, el Protocolo de Kioto, el Acuerdo de París) en materia de cambio climático, mismos que se convertirían más pronto que tarde y a la luz de la doctrina del derecho positivo en leyes nacionales, reglamentos, políticas, estrategias gubernamentales y amplias asignaciones presupuestarias.


De manera complementaria y para cerrar el gran negocio, habría que “fomentar” la transición energética hacia lo que llamaron “energías renovables”. Para lograr semejante empresa hubo que poner en marcha una serie de políticas públicas que, de poco en poco, han rayado en lo absurdo: desde subsidios para las energías renovables e impuestos a los combustibles, hasta la reciente insinuación del presidente Joe Biden de prohibir las estufas de gas en Estados Unidos, pasando por la ya acostumbrada política de adoctrinamiento – educación le dicen – ambiental y alarmismo climático, el cierre de las centrales nucleares en Europa, el fomento de la doctrina de la “responsabilidad social corporativa” o empresarial y, la creación de fondos verdes administrados por el todo-poderoso Banco Mundial, los cuales suponen transferir multimillonarias sumas de dinero de países desarrollados a países en desarrollado. Esto por mencionar solo algunas de las muchas políticas públicas de “mitigación y adaptación” al cambio climático.


Estas políticas públicas han implicado la intervención inmoral y excesiva de los gobiernos en la vida de los ciudadanos. Han supuesto el arrebato de atribuciones, poderes y dinero, empobreciendo aún más a las ya clases pobres y debilitando a las clases medias. En los países desarrollados – caso de Alemania y España – el resultado de estas políticas ha redundado en un alza importante de la factura energética y la consecuente dependencia energética con otros países. En los países en vías de desarrollo, por ejemplo en algunos países africanos, el reemplazo de combustibles fósiles (ABC: accesibles, baratos y confiables) por energías solar y eólica (no confiables por su intermitencia, coste ecológico y escasez) ha significado sacrificar muchas oportunidades para salir de la pobreza.


Así las cosas el tamaño del Estado y la burocracia, local, nacional e internacional, ha ido en crecimiento. Los ciudadanos cada vez tienen menos plata en el bolsillo; los gobiernos se endeudan o emplean políticas monetarias expansivas y de manipulación del dinero y de la banca, creando una espiral de problemas económicos, bancarios y financieros que derivan en inflación, quiebras bancarias, migraciones irregulares, violencia, inestabilidad política y guerras.


En el plano psicológico, el miedo, la culpa y la falta de esperanza han sido los instrumentos para hacer ver al Estado como el “salvador” de la humanidad – al menos de la humanidad confinada en Occidente – ante una “crisis climática” prácticamente inexistente. Así se ha operado la versión “ecológica” del marxismo cultural, al cual se añade la ideología de género, el racismo anti-blanco y el posmodernismo relativista. Estos cuatro jinetes del apocalipsis, como les llama el político y economista peruano Jose Luis Tapia, constituyen el marxismo cultural, continuidad – y para nada “nuevo” – del preexistente marxismo clásico o económico plasmado en los 10 puntos del Manifiesto Comunista de Marx (1848).



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Sobre el supuesto problema del cambio climático, el ex presidente de República Checa y presidente honorario en Foro Liberal de América Latina, el Dr. Václav Klaus, se ha preguntado “¿Qué hacer?” en el último capítulo de su libro “Planeta azul (no verde)”, a lo cual responde: “la primera, y en realidad única respuesta sensata […] es: nada, esto es, nada en especial. Es necesario dejar que fluya espontáneamente el desarrollo humano, libre de cualquier apóstol de las verdades absolutas, porque de otra manera todo acabará mucho peor”. No obstante y como bien enseña el Profesor y politólogo argentino Alberto Mansueti, a los problemas ambientales reales que tienen su génesis en el estatismo normalizado mediante leyes malas, la solución es también de índole y cauces políticos, pero de reversa, veamos.


Las soluciones reales a los problemas ambientales verdaderos los tenemos en el Foro Liberal de América Latina y en nuestros partidos políticos. Porque sí es cierto que existe deforestación, mal manejo de los desechos sólidos, contaminación de ríos y lagos, conflictos entorno a las explotaciones mineras, contaminación del aire producida por el transporte público en mal estado y el tránsito de nuestras ciudades. Pero esos problemas, los verdaderos, desde nuestra perspectiva, son más bien el resultado del abandono del capitalismo, en los países desarrollados, y de su total ausencia en los países en vías de desarrollo. Son el resultado de la ausencia de gobiernos limitados, mercados libres y a propiedad privada.


La venida a menos o ausencia total de capitalismo, el auténtico, ha sido en gran medida por la incapacidad de las derechas para defenderlo, promoverlo, profundizarloen algunos casos, y de preservarlo en otros. En ausencia de contención oportuna y eficaz, y de estrategias inteligentes, radicales, completas y congruentes, las izquierdas han logrado retener el poder, manipular la opinión pública e imponer su agenda de signo estatista en todas las esferas privadas de la sociedad, incluyendo la usurpación de la propiedad que suponen los recursos económicos de origen natural: bosques, subsuelo, agua, aire, etc.


Nuestros partidos políticos, por ahora el Liberemos México, el Partido Fusionista en Guatemala y el Partido Devolución en Perú, sostenemos y afirmamos que es necesario devolver a los ciudadanos sus atribuciones, poderes, propiedades y recursos que se les ha usurpado, poniendo al gobierno en su lugar, a cargo únicamente de la seguridad, la justicia y las obras públicas. A este proceso de transformación real les hemos llamado “La Gran Devolución” y se resume en tres políticas públicas: privatizar, desregular y abrir los mercados a la competencia.


La Gran Devolución consiste en 3 hitos que deberemos lograr de shock y en simultáneo:


  1. La recisión parcial o total de muchos acuerdos, tratados, protocolos y pactos internacionales que, desde instancias supra-nacionales, usurpan nuestra soberanía nacional y nos imponen políticas de signo estatista. Esto incluye los acuerdos y protocolos internacionales en materia ambiental.

  2. La derogación de las leyes malas, mismas que derivan de los acuerdos y protocolos internacionales. Las leyes forestales, ambientales, de cambio climático, de áreas protegidas, de licencias y permisos, de subsidios a las “energías no confiables” y a la reforestación, de límites a la emisión de combustibles fósiles y tantas otras en esta materia, deben ser derogadas.

  3. Aplicación de 5 Reformas liberales, en los cinco rubros más importantes: política y partidos, economía y finanzas, educación, atención médica y jubilaciones y pensiones. Al limitar el gobierno a sus funciones de seguridad (y defensa), justicia y obras públicas, liberaremos a las personas de la pesada carga fiscal, de la inseguridad y la violencia, de la pobreza, de las malas carreteras y puentes y de muchos otros males que hoy nos impiden mejorar nuestros ingresos y, en consecuencia, ocuparnos de proteger y mejorar nuestro medio ambiente.



Proceso de transición al capitalismo liberal y democrático.



Al buen desempeño ambiental precede el crecimiento económico de las personas y las familias. Este fenómeno fue comprobado por el economista Simon Kuznets, Premio Nobel de Economía en 1971, al identificar un vínculo entre crecimiento económico y distribución del ingreso (desigualdad): a haya crecimiento económico menor será la desigualdad. Esta tesis fue extrapolada por dos economistas, Gene M. Grossman y Alan B. Krueger, quienes confirmaron que, efectivamente, durante las primeras etapas del crecimiento económico de un país existe cierto nivel de deterioro y degradación ambiental, pero al llegar a cierto punto (punto de quiebre) el deterioro y la degradación ambiental en términos generales comienza a descender sin que ello afecte el incremento del ingreso. A este planteamiento se le conoce como la Curva Ambiental de Kuznets.


Curva ambiental de Kuznets (Grossman y Krueger).



Si aceptamos esta hipótesis debemos trabajar en orden a procurar el crecimiento económico, primero, para después, en consecuencia, proteger los recursos naturales y el medio ambiente. Y como lo han demostrado muchas experiencias a lo largo y ancho del planeta, en varios momentos de la historia, el crecimiento económico es consecuencia a su vez de la existencia de instituciones económicas y políticas propias del capitalismo liberal o liberalismo clásico. En tal sentido conviene precisar al menos 5 de ellas:


  1. Derechos de propiedad. Los derechos de propiedad sobre los recursos económicos de origen natural (bosques, tierra, subsuelo, aguas, etc.) deben cumplir con el Principio DDT: físicamente definidos, jurídicamente defendibles y comercialmente transferibles. Al “aclarar y definir” claramente estos derechos, y disponer de gobiernos (nacional y locales) limitados a sus funciones naturales y mercados libres (de fraude y privilegios), comenzarán a establecerse procesos de intercambio de derechos, o sea, libre mercado de bienes y servicios ambientales. La gente comenzará a proteger su propiedad y a intercambiarla libre, voluntaria y pacíficamente. El caso del subsuelo nos parece emblemático: una reforma importante en nuestros países es la transición del sistema “regalista” del subsuelo, al sistema de “propiedad privada” del subsuelo; al privatizar el subsuelo y hacerlo propiedad del dueño del suelo, las personas tendrán la libertad de elegir si explotan o no sus recursos minerales, y de vender a quienes quieran, sean empresas nacionales o extranjeras. Y lo que es mejor: podrán beneficiarse con los ingresos que representen la venta los minerales en el mercado, logrando incrementar sus ingresos.

  2. Justicia. La justicia jugará un papel crucial. Al existir claros derechos de propiedad y un gobierno fuerte en materia de justicia, los daños a la propiedad serán prevenidos o restituidos y compensados cuando sea demostrado, mediante debido proceso, que existe el daño. Así los problemas de contaminación de los ríos, la tala ilícita de árboles y los incendios forestales, entre muchos otros problemas, serán resueltos pacíficamente y por los cauces de la justicia civilizada y civilizatoria.

  3. Precios y mercado. La propiedad claramente definida en el marco de nula intervención del gobierno en la economía dará lugar a la oferta y demanda natural de bienes y servicios ambientales, misma que será regulada por el sistema de precios. Los precios informarán de la escasez, la calidad y la necesidad, desarrollando un mercado libre bienes y servicios ambientales.

  4. Federalismo. Bajo un sistema de signo capitalista, el gobierno más importante es el gobierno local. Por ello, una institución relevante bajo nuestro proyecto es el federalismo, en sus tres ámbitos: legal, funcional y fiscal. Los municipios deben tener autonomía legal, en el marco de una constitución que consagre los principios de gobierno limitado, mercados libres y propiedad privada; deben disponer de autonomía funcional que les permita administrar su personal e instituciones locales y; disponer de autonomía fiscal recolectar y administrar los impuestos (justos y necesarios) en su localidad.

  5. Educación. Bajo el sistema actual la educación se ha convertido en adoctrinamiento, una especie de mantra en el que se enseña a chicos, medianos y grandes, en las escuelas estatales, colegios pseudo-privados, empresas alineadas con la agenda del capitalismo “woke” (despierto) y entidades de gobierno, a concebir el Estado y a sus leyes como “la” forma de resolver los problemas ambientales. “Es la falta de educación” se dice, la que genera la contaminación, el mal manejo de la basura, la quema de bosques, la tala ilícita de árboles, etc. Nosotros creemos que esas conductas son motivadas principalmente por las condiciones económicas de pobreza. No obstante, la educación desempeña un papel importante: la educación en manos de padres y maestros, es decir, privada o privatizada, ejercerá un mecanismo de prevención natural para la protección ambiental. Los chicos, medianos y grandes aprenderán tendrán el incentivo natural de proteger su propiedad y aprenderán a hacerlo de la mano de la tecnología, la innovación y las buenas prácticas.




Los beneficios de cambiar el marco institucional.



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A manera de conclusión…e invitación



La ciencia independiente y honesta ha develado el gran fraude del calentamiento global provocado por el hombre. El clima siempre está cambiando y lo ha hecho sin la ayuda de nosotros, los seres humanos. La causa primera y fundamental del ligero aumento de las temperaturas es la actividad solar y no el CO2 como lo afirman los “alarmistas climáticos”. El CO2, de hecho, es el gas de la vida, puesto que posibilita muchos procesos naturales beneficiosos, tales como la fotosíntesis y su consecuente aumento de biomasa, lo cual se convierte en alimento y nutrientes para los seres humanos.


No existe tal cosa como una “crisis climática”, pero sí una crisis de sistema político y económico. Tampoco existe tal cosa como los “desastres naturales”, pero sí fenómenos naturales que ponen de manifiesto el desastre político y económico en nuestros países. El “alarmismo climático” es un distractor de los verdaderos problemas de la gente, es la narrativa de una agenda política para obtener réditos económicos y poder de una clase politiquera dominante y de sus privilegiados.


La utilización de combustibles fósiles debe dejarse en manos del mercado. Por ahora, esta fuente energética, conjuntamente con la energía nuclear, son las fuentes de energía más accesibles, baratas y confiables (ABC) y por tanto debemos impulsar políticas energéticas sensatas y acordes a la fase de desarrollo en el que se encuentran nuestros países.


Para solucionar eficazmente los verdaderos problemas ambientales debemos, por tanto, transitar nuestros países al capitalismo liberal. Ello supone establecer un régimen de claros derechos de propiedad, un sistema de justicia restitutiva y compensatoria diligente, auténtico federalismo y educación privada o privatizada. Solo bajo estas condiciones, en el marco de gobiernos limitados, mercados libres y propiedad privada será posible crecer económicamente y, en consecuencia, proteger nuestros recursos económicos de origen natural y mejorar nuestro desempeño ambiental.




China ha crecido económicamente en 40 años lo que a Occidente le ha llevado 100. A mayor crecimiento económico mejor desempeño ambiental.



Para ello es necesario partidos políticos de derecha buena, capaces de persuadir a la opinión pública, con espacios en medios de comunicación, con líderes y representatividad en aldeas, municipios y departamentos, con suficientes recursos económicos, humanos y políticos, que le permitan llegar al poder en orden a aplicar La Gran Devolución mediante las 5 Reformas y la derogación de las malas leyes.


¿Quieres proteger y mejorar el medio ambiente en tu país, municipio y localidad? ¿Estás dispuesto a involucrarte? ¿Estás dispuesto a formarte, organizar células políticas y hacer una donación mensual? ¡Si lo estás, súmate a nuestros esfuerzos en el Foro Liberal de América Latina y nuestros partidos políticos de buena derecha!



“Mientras el mundo exista,

habrá siembra y cosecha;

hará calor y frío,

habrá invierno y verano

y días con sus noches.”


Génesis 8, 22




¡Si has llegado hasta aquí, muchas gracias y enormes felicitaciones! Ahora puedes descargar el documento y la presentación Power Point en formato .pdf y para que podamos seguir difundiendo el mensaje puedes hacerme una donación libre a mi cuenta de Pay Pal.





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